Humberto Gutiérrez
El año 2025 se presenta como un periodo crucial para el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, quien asumió la Presidencia de México apenas el pasado primero de octubre, con la promesa de consolidar la “Cuarta Transformación”, ideario político-social aducido por el expresidente, el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador, como leitmotiv para justificar lo que fueron sus políticas públicas y, sobre todo, la destrucción de diversas instituciones para apuntalar un “nuevo centralismo” que afecta el federalismo y a la vez desplaza la democracia a favor del retorno del viejo presidencialismo. Sólo que esta vez, ella lo hará con los adeudos de este ejercicio del poder y un panorama adverso en lo internacional, que podrían poner en jaque las ambiciones históricas de quien le precedió.
Claudia Sheinbaum, asume de pleno el mando del gobierno, con presupuesto ya elaborado por su admnistración, 9.3 billones de pesos para enfrentar diversos desafíos en materia de seguridad, economía, peligrosas relaciones con los Estados Unidos y gobernabilidad, pero también deberá hacer sentir su mano sobre Morena, su partido, base para el accionar de su mandato apalancado en el Congreso de la Unión, donde aún hay quienes creen que es López Obrador quien ordena. Por ahora, el movimiento ya comienza a mostrar fracturas, naturales ante cualquier intento de maximato, valga ver el enfrentamiento entre el coordinador de los senadores de Morena, Adán Augusto López, y Ricardo Monreal, coordinador de diputados morenistas.
Uno de los mayores desafíos para el gobierno de Sheinbaum será la seguridad pública. La crisis del fentanilo y el narcotráfico han generado tensiones con Estados Unidos y lo será ante la futura administración de Donald Trump, quien inicia el próximo 20 de enero, pero que ya influye desde ahora amenazando con aranceles del 25 por ciento sobre las exportaciones mexicanas si no se toman medidas significativas para frenar el flujo de drogas.
Además, la violencia y el crimen organizado siguen siendo problemas persistentes en el país. Para abordar estos desafíos, el gobierno deberá invertir más en seguridad pública y fortalecer las instituciones encargadas de combatir el crimen. Parece que, con el mando de Omar García Harfuch, en la seguridad, la presidenta Sheinbaum tiene en claro que eso de “abrazos no balazos” es una farsa que nos ha costado muy caro a los mexicanos.
En el ámbito económico, Sheinbaum enfrentará retos significativos relacionados con el estancamiento de los ingresos presupuestarios y el endeudamiento creciente.
El Paquete Económico 2025, que incluye un presupuesto de 9.3 billones de pesos, prioriza programas sociales y proyectos de infraestructura, pero también enfrenta críticas por la falta de sostenibilidad en las finanzas públicas. La administración deberá encontrar un equilibrio entre la austeridad y la inversión en sectores clave como la salud, la educación y la seguridad para garantizar un crecimiento económico sostenible.
En la última consulta del Banco de México a los analistas privados sobre los pronósticos para 2025, se puntualiza que la estimación de la inflación general se ve en 3.80 por ciento al cierre del 2025. Sin embargo, en la estimación de expansión económica, sólo ven 1.12 por ciento del Producto Interno Bruto y un tipo de cambio de 20.53 pesos para el próximo diciembre.
En todo lo anterior, juega un rol relevante, muy relevante, la relación con los Estados Unidos. La próxima administración de Trump ha revivido planes de deportaciones masivas y reactivar la construcción del muro fronterizo, lo que podría tensar aún más las relaciones entre ambos países. Además, las amenazas arancelarias y la revisión del Tratado entre Estados Unidos, México y Canadá (T-MEC) en 2026 representan desafíos adicionales.
Claudia Sheinbaum deberá mantener una diplomacia firme y proteger la soberanía de México mientras busca fortalecer las relaciones comerciales y de seguridad con su principal socio económico. Para ello, necesita del sector privado, sector lastimado por Morena desde 2018. Habrá que remendar lo roto.
El otro gran reto es la gobernabilidad; será un aspecto fundamental para el éxito de Sheinbaum. La desaparición de organismos autónomos ha generado preocupaciones sobre la eficacia y transparencia del gobierno, en México y con nuestros socios comerciales.
La administración deberá redefinir el marco normativo para garantizar que las funciones críticas de estos organismos sean asumidas por instituciones robustas y autónomas. Además, la reforma al Poder Judicial, que incluye la elección popular de jueces y magistrados, crucial para democratizar el acceso a la justicia y combatir la corrupción, como se ha justificado desde Palacio Nacional, pasa a la prueba de fuego de la realidad.
Debemos estar alertas ante las señales. Ser prudentes en las esferas de la industria, el comercio y las familias. El 2025 es un año de riesgos.
El próximo año será un periodo de grandes desafíos y oportunidades para el gobierno de Claudia Sheinbaum. Más allá de filias y fobias, por el bien de todas y todos los mexicanos, esperemos que las cosas salgan mejor de lo proyectado, porque la presidenta Sheinbaum tiene la oportunidad de construir un México más justo y próspero para todos. Feliz y próspero año 2025.