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Rolando Daza

Apunte:

Atendimos en forma personal a mis padres en sus últimos 10 años de vida, parecía que no iba a alcanzarnos… algunos ya somos adultos mayores, por ello debemos tomar acciones de vida que antes no considerábamos. Una serie de cambios físicos por la edad a menudo pasan desapercibidos antes de las caídas, incluida la debilidad muscular, la disminución del equilibrio y los cambios en la visión.

La mayoría de las personas pensamos que el envejecimiento comienza a los 60 años, sin embargo, nuestro cuerpo y nuestra vida experimenta el proceso de declive, que por lo regular comienza a los 40 años.

Cada año, aproximadamente 1 de cada 4 adultos mayores sufre una caída; las caídas son la principal causa de lesiones en adultos. Son la causa más común de fracturas de cadera y lesiones cerebrales. El vivir en una casa de asistencia no es garantía, según estadísticas de España (en México no las encontré) el riesgo de caídas es casi tres veces mayor que para las personas que viven en la comunidad.

Según mi experiencia, los adultos mayores son más propensos a caerse por varias razones:

El envejecer conduce a una merma natural de fuerza y ​​flexibilidad muscular, lo que dificulta mantener el equilibrio y la estabilidad, provocando las caídas.

También influye en los adultos mayores, las enfermedades crónicas como artritis, diabetes, Parkinson o inicio de Alzheimer que afectan su movilidad, coordinación y estabilidad general. Debido a ello, ciertos medicamentos pueden causar mareos, somnolencia o una caída de la presión arterial, lo que aumenta el riesgo de caídas.

Además, los cambios en la visión relacionados con la edad, como la reducción de la percepción de profundidad, la visión periférica y la dificultad para diferenciar contrastes, que pueden afectar la identificación de peligros potenciales, como superficies irregulares, pisos resbaladizos, iluminación inadecuada, tapetes sueltos, los cuales contribuyen a las caídas.

Se han producido diversas teorías sobre el envejecimiento, sin embargo no existe una noción que explique todos los cambios en nuestro cuerpo. Una gran parte del declive y debilidad que tenemos es causada por nuestros genes, que determinan la función de los huesos, la curación muscular y la percepción visual, entre otras cosas. Los genes no son la única causa, hay factores relacionados con el estilo de vida que influyen, como la dieta, el ejercicio, el estrés y la exposición a toxinas ambientales.

Recientemente la comunidad científica que estudia el envejecimiento, señaló que existe una diferencia entre edad cronológica y edad biológica. La edad cronológica es el número de años que se ha estado en la Tierra. La edad biológica se refiere a la edad de sus células y tejidos, es la evidencia fisiológica de un análisis de sangre y está relacionado con la capacidad física y funcional. Si está sano y en forma, la edad biológica puede ser menor que su edad cronológica. Sin embargo, lo contrario también puede ser cierto.

Todas las personas debemos que atender las señales de nuestro cuerpo, ubiquemos la edad biológica lo que permitirá tomar el control del proceso de envejecimiento. Al centrarnos en la edad de nuestras células, podemos reducir las posibilidades de desarrollar cáncer, diabetes u otras afecciones que históricamente se han relacionado con el tiempo que vivimos.

Controlar la dieta, realizar ejercicio, atender el sueño y otros factores del estilo de vida, ayudan a disminuir la edad biológica y mejorar la calidad de vida. Nadie puede hacer lo que nosotros realizamos para mejorar nuestra salud.

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