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Rolando Daza

Apunte:

La informalidad crece en nuestro país, el estado de Guanajuato no se queda atrás. Las empresas actuales son poco atractivas para los jóvenes profesionistas y más en nuestro estado las que no son trasnacionales. La informalidad es todo trabajo remunerado que no está registrado, regulado o protegido por marcos legales.

Profesionistas que por ser recién egresados o sin experiencia obtienen un sueldo entre los $6,000 a los $9,000 deciden estar en la informalidad (no pagan renta, luz, impuestos, ni tienen la presión de los jefes por los resultados), trabajan para ellos, sus ingresos aumentaron en promedio a $20,000, además con un horario flexible, resulta una fuente de empleo cómoda y en 5 días pueden obtener lo que un empleado formal gana en 15 días.

Esta situación afecta a muchas familias mexicanas. En el país la población económicamente activa es de 57.5 millones de personas, de ellos 32 millones trabajan en la informalidad, según datos de la Asociación de Pequeños Comerciantes. En Oaxaca el 80% de la PEA se encuentra en la informalidad, Chiapas el 70%, Guanajuato es del 57% y la media nacional es del 56%.

La venta de comida es el negocio más rentable con una ganancia del 100%, la ropa es del 40% y el del tenis con más del 50% de utilidad. Así el 60% de los compatriotas laboran en la informalidad, sin seguridad social, sin pagar impuestos y sin ningún esquema de ahorro para el retiro.

Triste panorama para México, donde la informalidad es una de las principales fuentes de sustento para las familias y es una muestra del crecimiento de la pobreza, donde este sector es prioritario para los votos, ahí es donde se ganan las elecciones.

En el otro extremo, el de buscar desarrollar empresas en beneficio de la comunidad, tenemos a los jóvenes emprendedores de Irapuato, los hermanos Gómez-Ortigoza al frente de Polybion, la startup guanajuatenses que tiene un valor de 4.4 millones de dólares.

Su empresa ofrece fungicel un material que sustituye al unicel. El primero se degrada en un mes y se puede usar como fertilizante mientras que el segundo requiere de 30 años para su degradación.

«Los materiales sintéticos tradicionales son muy tóxicos y poco sustentables en su uso y producción». Así señala el ingeniero biotecnólogo y fundador de Polybion, Axel Gómez-Ortigoza. Ante su crítica, el joven propone una alternativa que consiste en el desarrollo de nuevos materiales de origen biológico capaces de sustituir a los sintéticos en su uso actual.

A través de su empresa, ha desarrollado 3 materiales: Fungicel, un sustituto para las espumas de los elementos aislantes y de empaquetado; Lignum, capaz de remplazar los paneles de madera sintética; y Celium, una alternativa biológica para la piel sintética.

Esperemos que, como este proyecto innovador, se generen otros en nuestro estado, con un gran impacto en las industrias de México.

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