Marycarmen Soria
Ya no podemos hablar de la percepción de la inseguridad, ya es una cotidiana realidad y, todos los días, muchos mexicanos hemos pasado por una experiencia previa o conocemos de alguien cercano que han sido robados, asaltados, secuestrados, además de ver noticias sobre el aumento de la violencia en todo el país, y estos son elementos determinantes para que las familias decidan gastar más en medidas de seguridad para protección de sus hogares.
El costo de sentirse seguro es alto, y las familias tienen que hacer esfuerzos para intentar lograrlo en medio de esta inflación, se refuerzan puertas y ventanas, se cambian chapas, se suben o levantan bardas, se ponen cámaras de video para vigilar negocios, casas, además de la ansiedad y el miedo. Si además sumamos los costos de tiempo y honorarios de abogados para buscar justicia después de haber sido violentados.
En total el impacto de la violencia en México sobre la economía del país ascendió a 4.92 billones de pesos así lo reveló el Índice de Paz México 2022 del Instituto para la Economía y la Paz (IEP), como consecuencia de que los mexicanos estamos gastando más en medidas de seguridad. La violencia que se padece actualmente en el país se traduce en un problema de seguridad pública.
La inseguridad, los precios, el desempleo formal, los contagios de Covid, el financiamiento a los Partidos Políticos, van en aumento; en contraste, en todos los niveles de gobierno están bajando su eficiencia y eficacia para bajar la inseguridad.
Tampoco el gobierno y menos algún diputado han propuesto que haya un programa social de apoyo para este tema por familia, los ciudadanos estamos en la práctica, solos ante la inseguridad.
Nuestro presente y futuro inmediato es preocupante, la economía, la salud y la seguridad son lo que más afecta a las familias y son los temas que menos preocupan y tocan los funcionarios o políticos.
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