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Rolando Daza

Apunte:

Leyendo el último libro de Santiago Íñiguez (presidente de IE University): Philosophy Inc.: Aplicar la sabiduría a la gestión cotidiana” (2023), aprendemos más sobre las teorías de liderazgo y administración, y considerar que estas teorías se pueden relacionar con una escuela de pensamiento.

Las teorías de liderazgo posmodernas toman ideas de Friedrich Nietzsche, el filósofo alemán del siglo XIX que identificó dos tipos de moralidad: la moral de los señores y la moral de los siervos. La primera, se aplica a las personas que lideran la sociedad, aquellos que crean sus propios sistemas de valores. La moral de los siervos rige para el resto de los mortales, que contemplan el comportamiento de los amos. Para Nietzsche, los amos –están más allá del bien y del mal– sólo atienden a sus propias reglas, que son diferentes de las que debe seguir el rebaño.

Las ideas de Nietzsche ocupan un lugar preponderante en la obra de Ayn Rand, una escritora influyente entre los libertarios. Rand argumentaba que hay dos tipos principales de personas: creadores y parásitos. Los creadores son pensadores independientes que crean material de valor para la sociedad. Los parásitos son, esencialmente, personas de segunda mano, que no crean ningún valor porque simplemente son arrastradas por la sociedad.

El arquetipo de creador para Rand está personificado en el héroe del libro El Manantial, Howard Roark, a quien describió como: “El alma noble por excelencia. El hombre como debe ser el hombre. El autosuficiente, el seguro de sí mismo, el fin de los fines, la razón en sí mismo, la alegría de vivir personificada. Sobre todo, debe entenderse al hombre que vive para sí mismo, como si vive para sí mismo. Y que triunfa completamente. Una mente rápida, aguda, valiente y que no teme ser lastimada”.

Ahora observemos la administración de las empresas. John P. Kotter, estratega empresarial, señala dos perfiles que se generan en la mayoría de las empresas: por un lado, los directivos o gerentes, y por el otro los líderes o creadores.

Los gerentes son responsables del funcionamiento de una organización, por ejemplo la planificación y elaboración de presupuestos, el establecimiento de tareas y la asignación de recursos. Los líderes, utilizan su visión para crear estrategias y dirigir el cambio y la transformación de las empresas, motivando y guiando a todos hacia una misión.

Como ocurre con Rand, la realidad empresarial es más compleja, y el propio Kotter acepta que se requiere una combinación de ambas cualidades para liderar con éxito una organización. Lo ideal es que las personas en puestos de responsabilidad encuentren un equilibrio dinámico que refleje las necesidades del momento.

En momentos de crecimiento, la visión y el liderazgo estratégico son esenciales; en otras ocasiones, se necesita control y planificación. No existe una definición única de lo que caracteriza a un buen gerente o líder. Kotter explica que, aunque la gerencia parece una ocupación más racional que el liderazgo, éste no debe verse como un misterio y no tiene nada que ver con el carisma u otros rasgos de la personalidad. No es un atributo de unos pocos elegidos sino una capacidad que se desarrolla con el tiempo, aprendiendo de la experiencia.

El liderazgo se produce por el aprovechamiento de las oportunidades y reúne un compendio de características, incluida la capacidad de comunicarse de manera efectiva con las partes interesadas. Sin duda consiste en mucho más que simplemente gestionar una serie de procesos.

La idea de Nietzsche del superhombre ejerció una poderosa influencia en el pensamiento estadounidense de finales del siglo XIX. De manera similar, las ideas de Rand han impactado casi un siglo después para la creación de las modernas teorías de liderazgo, que alcanzaron su cénit en la década de 1990.

El espíritu de Ayn Rand sigue vivo en la actual ola de emprendedores, que impulsan la disrupción tecnológica. Uno no puede evitar comparar a Mark Zuckerberg o Elon Musk con los personajes de La rebelión de Atlas.

En nuestras empresas, para bien de Guanajuato y de México, el liderazgo debe evolucionar desde las ideas posmodernas, hacia modelos más multifacéticos y realistas. En el mundo actual, más comprometido, los líderes deben responder cada vez más a una variedad de partes interesadas. De ahí que los directores deben equilibrar sus habilidades como gerentes y líderes, cada vez más a una variedad de partes interesadas.

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