En India, potentes aptitudes democráticas, adoptables en México

Juan Miguel Alcántara Soria
La India tiene inmensos retos y amenazas, incluso externas (el viernes se atacaron Irán y Pakistán; tensión de éste e India). Pendientes en desigualdad, estratificación, unidad del país, búsqueda de paz regional. Prevalencia de hambre en gran parte del territorio, no obstante montañas de alimentos. Profundas desigualdades en los ámbitos del género, clases, castas, comunidad. Su historia contiene muchas pesadillas, como los conflictos interreligiosos entre hindúes y musulmanes. “Pero también incluye conversaciones y debates amplios. Esfuerzos conjuntos en materia de literatura, música, pintura, arquitectura, jurisprudencia y muchas otras actividades creativas. Ha desplegado formas de permitir a personas de convicciones dispares vivir juntas, en paz, en vez de afanarse en la búsqueda constante de degollarse unas a otras”. (El emperador musulmán Akbar, 1556-1605, impulsor de tolerancia y diálogos entre distintos credos, sentó precedente relevante). Los varones han prevalecido en mandos, pero la participación de las mujeres en liderazgos, como en actividades intelectuales, es creciente. Éstos desafíos tienen una condición propicia: la riqueza de la tradición de razonar y argumentar, que por siglos han cultivado: la tradición del razonamiento público.
“Las argumentaciones persistentes son parte importante de nuestra vida pública. Tienen profunda influencia sobre la política india y son particularmente relevantes para el desarrollo de la democracia en el país, y para el surgimiento de sus prioridades seculares… Vale la pena considerar las raíces históricas de la democracia en la India -su conexión con el argumento público-. Debido a la tentación de atribuir el compromiso indio con el régimen democrático al mero efecto de la influencia británica (lo que no obró de forma similar en centenar de países que surgieron de su imperio)… La tradición del razonamiento público tiene una estrecha relación con las raíces de la democracia en todo el planeta (las polis griegas, incluidas). Pero como la India ha tenido la fortuna de disfrutar de una prolongada tradición de argumentaciones públicas, tolerante con la heterodoxia intelectual, esa conexión general ha sido de particular eficacia en el país. Cuando más de medio siglo atrás la India fue el primer país del mundo no occidental en sancionar una Constitución resueltamente democrática, no solo utilizó lo que había aprendido de las experiencias institucionales de Europa y América, sino que también abrevó en su propia tradición de razonamiento público y heterodoxia argumentativa” (Amartya Sen, “India Contemporánea. Entre la modernidad y la tradición”, Gedisa, 2007 –Premio Nobel de Economía en 1998-).
“El razonamiento público brinda a los ciudadanos la oportunidad de participar en debates políticos e influir en las decisiones públicas. El voto puede verse como una manera de llevar a la práctica esos debates, cuando la oportunidad de votar se combina con la de hablar y escuchar sin temor alguno . El alcance y la eficacia del voto depende especialmente de la posibilidad de existencia del debate público.”
En la filosofía política contemporánea “ha surgido con vigor una comprensión más amplia de la democracia –va más allá de la libertad electoral y los comicios-, bajo la influencia del razonamiento económico y las ideas políticas. El hecho de que los debates abiertos sobre decisiones públicas importantes pueden incrementar de manera sensible la información acerca de la sociedad y nuestras prioridades respectivas, nos brinda la oportunidad de revisar las prioridades elegidas en respuesta al debate público. La definición de la democracia como “gobierno por discusión” (James Buchanan) da a entender que los valores cambian en el proceso de toma de decisiones”.
En México tenemos carencias de debate público y razonamiento interactivo. No sabemos hablar y escuchar. El PAN abandonó su tradición. En el PRI, disciplina. López Obrador no escucha ni sabe debatir. Deshace contrapesos, desaparece voces críticas. El neuro-marketing electoral, emoticones, los “me gusta”, no son razonamiento. ¡Nos urgen aptitudes democráticas! A impulsar debate y razonamiento interactivo en todos los espacios públicos.

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